Seamos sinceros,
no hay silencios incómodos.
Lo que llamamos así
es la ausencia de palabras dichas
entre personas que tienen
sus cabezas atiborradas de ruido.
El silencio siempre es maravilloso;
en el silencio se puede existir tranquilo
-o quitémosle el adjetivo:
en el silencio se puede existir-.
El ruido siempre estorba,
nos hace distraernos
de lo maravilloso de la vida
que siempre pasa en silencio
frente a nosotros
-o dentro de nosotros-.
Pero no todo sonido es ruido:
escucha el canto del mar,
escucha el beso que cada gota
de lluvia regala a la tierra,
escucha la serenata fiel
de los grillos a la luna,
escucha tu corazón,
date cuenta de que te habla,
de que te compone hermosa poesía,
de que te ama.
No hay mejor forma de amar
que entre el silencio
de los actos que lo demuestran.
Ámate y ama siempre en silencio,
que la pedantería es sólo una rama más
del histrionismo.
Y entre menos actores tenga este mundo
mejor será el desenlace
de la obra de la vida.
JCEM