Como una dulce corriente
acariciando las rocas,
suena la voz en tu boca
preguntándome ¿qué sientes?
Mis sentires ¡Oh Dios mío!
yo te los voy a explicar:
es un inmenso caudal
de pasiones, es un río.
A veces baja tan bravo
por la empinada vertiente,
con su oleada envolvente,
arrastra con lo añorado.
Cuando el agua se represa
en su lecho natural
lamenta lo que hace mal
Y le invade la tristeza.
Tienes que encauzar el río
para que no te haga daño,
Y en su crecida del año
solo te bese amor mío.
Deja que vaya a la mar
y que se oculte en su vientre,
que este amor que por ti siente
nunca pueda hacerte mal.
Luego volver como brisa
y convertirme en rocío
y nunca más ser un río.
Verte alegre oír tu risa.
Mel