los últimos momentos en los que estuvimos juntos eran como si mi elección de seguir contigo fuera por una balanza, estaba presente que te quería dejar sin embargo en los últimos momentos en los que estuve contigo fueron cuando las cosas por las que seguía contigo eran y pesaban más que por las que te habría de haberte dejado desde hace mucho tiempo antes, lo cuál paso la balanza se inclino y te dije ¡Adiós! entre tus mentiras y frustración, me convertí en una de tus pertenencias que sentías que no perderías sin ver ni la más remota señal de que en ese fue el momento en el que me perdiste, me decías \"él tuvo el valor de tener un hijo con ella y tu no conmigo\", tu eras la basofia por la soy esta ahora, él fue mio como tu lo eras ahora lo único que me separa de él es que yo así lo quise te odio por no ser él y por ser quien ahora eres, entonces mi elección iba desde quedarme donde mi mente se había ido cobarde mente y mi cuerpo quedaba a resistir estoicamente más de tus embates o escapar de ti yo era tuyo y así me trataste cual si fuera yo sólo una extensión tuya que ahora aborrecías y amabas, entonces ahora veo los vídeos de nuestras primeras citas y no eres quien fuiste y yo tampoco pero la culpa es de los dos ninguno quiso hacerse responsable de lo que teníamos que cargar con el otro hasta que sólo esa carga se convirtió en un chantaje hacía el otro y yo me convertí en el mayor de tus miedos y en el mayor victimario de tus pesadillas siendo el fantasma de mi podredumbre de mi insensato mando cual hubiera sido el liderar un barco naufragado lo cual puedo decir con pudor y arrepentimiento no soy el hombre que se requerías tu y yo ni tampoco era quien escribía tus decisiones tu elegiste y yo participe en esa elección siendo una parte activa sin saberlo en el momento, aun así yo no te habría hecho decidir eso tu lo hiciste, ni tu tampoco fuiste el ser que me exigiste fueras, me hice cargo de nuestras penas y me convertí en el miedo en la culpa y en el rencor de cada noche entre episodios de amor y sexo que ocultaban nuestra misma decadencia como seres ahora puedo decirte que no me arrepiento de haberte dejado ni de nada que haya valido la pena contigo, sin embargo me reprocho no haber sido el hombre que debí de haber sido y haberte dejado antes, porque no fue un error pero íbamos hacía mi locura que como tantos otros van y naufragan en el hastió de la decadencia y el fuego de la ira, del resentimiento y la culpa; como ahora lo hacemos, soy responsable de mi parte pero creo que no volveré a hacer lo que debí hacer o no hacer por ti, nunca más
Me abría asesinado todas las mañanas sabiendo que estaba haciendo algo mal para mi propio deseo y corazón te pido me perdones como yo lo haré cada vez que me vea a mi mismo como el victimario porque nunca entendiste que me hacías daño y tu eras mi gran victimizador y al final yo te hacía igual tanto daño.