Es tan conocido
y siempre diferente
este querer de a poco
que se va haciendo mucho:
voltear la cabeza ante la incierta llegada
de la ligera Esperanza bien disimulada;
quedarse la mente vagando desnuda,
niña traviesa vestida de duda;
perseguir la alegría soñando despierta;
esperar la llamada; asomarse a una puerta;
bordar las palabras; perder el sentido;
interrogar a la nada;
dialogar al descuido.
Es tan conocido
y siempre diferente
vivir el amor
como un adolescente.