Toma estas alas y vuela, recorre mi espacio hasta que halles el fuego que nunca te quemó.
Siempre fui el monstruo de tus pesadillas que comía tus sentimientos y ahora eres la risa de la libertad en tu cara, entonces dime todo el daño que te hice y te daré mi alma para que sanes.
En tus ojos siempre mostraste tu amor pero nunca pudimos sostener la mirada que esta pasión ciega nos daba.
Todo fuimos y nada somos, el tiempo nadó entre olas de desesperanza y lagos de exaltaciones, mas ahora las noches caen en nuestros corazones.
La noche es alguien que nos ilumina, la noche es la persona que nos envuelve, la noche ya no tiene luz desde que nos separamos…
La noche somos tú y yo.