CUANDO NUESTRAS BOCAS SE BUSCARON
Caía la lluvia silenciosa, rebotan las gotas en los cristales
Mientras mi pensamiento volaba a tu encuentro
de aquella tarde gris, yo presentía que tú no vendrías
Y la tristeza se iba apoderando de mi alma cruel mente.
Pasaron la hora, la noche se avecinaba oscura muy oscura
Yo seguía tras la ventana deseoso de verte llegar,
Te imaginé tan hermosa, tan bella y elegante como tú eres
Con tu bello cuerpo de sirena, con tu contoneo, con tu gracia.
Cerré los ojos y te vi, te vi delante de mí, como una diosa
Como una novia cuando se postra delante del altar
Me estremecí ante tanta hermosura,
¡Dios que mujer!
Se me iluminaron los ojos con tu resplandor
¡Que linda eres!
Me acerque a ti, lentamente, para poder recrearme,
Para vivir aquel momento intensamente
para grabarlo en mi retina ya para siempre
que nunca se borrara ya de mi recuerdo.
Te estreche entre mis brazos con ansia desbocada
Con locura casi salvaje, al sentir tus pecho clavarse en mi
Solté una exclamación de emoción, no pude contenerme
Aquello era el paraíso en la tierra, era otro cielo.
Cuando nuestras bocas se buscaron hambrientas
Chocaron nuestros besos y me inundo tu aroma, tu esencia,
Tu miel se ha erío a mis labios impregnando mi vida de sueños rotos,
como roto queda mi corazón de no tenerte.
Es para ti Ana
Autor: Joaquín Méndez G.
Reservados los derechos.
16/07/2013 10:30:38