Liaazhny

¿Quién brilla en la obscuridad?

 

Queridos amiguitos, hoy quiero contarles una historia que se me ocurrió escribir el día de ayer cuando pasaba por un parque y vi una fila de pequeños soldaditos empeñosos y bien formados con un tremendo peso a cuestas.

 Me agaché y mi primera intención, fue captar una imagen de tan divino trabajo, ¡caramba, que organización! , seguí con mi cámara a estos seres diminutos, pero me inquietó más saber de dónde venían, así que dirigí con cautela mis pasos de regreso y con gran asombro vi a otro grupo de estos soldaditos mordisqueando las hojas, cortándolas en pequeños trozos para facilitar a las otras su traslado.

Busqué en mi bolso algo que siempre traigo conmigo, ¿qué creen que es?  Mmmmmm, no, no son dulces, es una pequeña lupa y es para poder observar mejor las cosas que a simple vista no se pueden ver.

Bueno, me acerco y coloco la lupa enfrente de mi ojo derecho y entonces...ohhhhhhhhhh lo que veo es muy impresionante, unos grandes colmillos que con precisión cortan las pequeñas hojas y unos ojos grandes, muy grandes para el tamaño de la cabeza de nuestros amiguitos.

Con pasos muy chiquitos y con mucho cuidado, regreso a observar  la fila, delante de todas las hormigas hay una un poco más grande, avanza de prisa y todas las demás la siguen  sin distraerse, van hacia su casita, es un túnel subterráneo que está muy obscuro porque ahí no llega la luz del sol, es por eso que trabajan sin descanso porque cuando el sol se va a alumbrar la otra parte del mundo su casita se vuelve más obscura.

De pronto se observa pasar una diminuta luz brillante, la sigue una más, otra y otra, de pronto, a una de las trabajadoras hormigas se le ocurre una gran idea, detiene su marcha, se acerca a su hermanas y les dice muy quedito, casi en secreto…descansan su carga y de pronto zas, zas, zas… ¿Qué creen que pasó? Tuvieron una mala idea, atraparon a las lucecitas, ¿Ustedes saben que son? Si, ¡eso! Se llaman luciérnagas o cocuyos y como son tan pequeñitas, las metieron en la bolsa  en la que llevan su comida y continuaron su marcha.

Después de un camino muy largo, llegaron hasta donde estaba la hormiga reina, bajaron su carga con mucho orden y cuando se disponían a retirarse…Hey, ustedes hermanas traviesas, ¿qué es lo que llevan en la bolsa? Las hermanas hormigas se pusieron tan rojas, que parecían focos navideños y tan nerviosos que parece que bailaban o que tenían ganas de ir corriendo al baño.

Una de ellas estiró una de sus patas entregando la pequeña bolsa a la reina, y cuando la abrió, todo el túnel quedó iluminado, las demás hormigas se pusieron muy felices y empezaron a brincar, a aplaudir, otras se abrazaron y otras gritaban con entusiasmo. De repente la hormiga reina dijo:-Silencio, silencio por favor…Todas se quedaron quietecitas y muy atentas, la reina tomó una a una a las luciérnagas y les dijo que se fueran y que perdonaran a las hormigas que las atraparon, que ella se encargaría de darles una buena lección.

Las luciérnagas se tomaron de las patas, se disponían a salir y después de unos segundos, regresaron y les dijeron a todas las hormigas:

Gracias por dejarnos ir, nuestros padres estarán preocupados, iremos a casa y les pediremos permiso para regresar. -¿Regresar? Preguntaron a coro todas las hormigas, -Si, volveremos para ayudarlos a iluminar su casa mientras ustedes trabajan. Las hormigas se pusieron muy contentas y prometieron nunca más atrapar insectos en contra de su voluntad.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado!

D.R. 66ARCOIRIS

DIC/2013