No es que mi silencio sea eterno.
Aunque durante un tiempo ahogasteis
mi débil e insignificante voz.
Mi garganta trémula cobra hoy fuerza,
con devoción,
con convicción,
por todas vuestras injusticias
por todas vuestras canalladas
Pero mi arma ante tanta cobardía,
es mi ejército de sonrisas.
Mis manos izadas ante
vuestro poder corrupto.
No lucharé con lágrimas,
pues no os daré el beneplácito
de ver como fusiláis los deseos
de generaciones.
Mi fusil armado será
mi palabra amable con cada gente
necesitada de oídos
de abrazos y sonrisas.
Cada día elevaré mis comisuras
ante la penuria mostrada.
Mi imaginación cogerá de la mano
a mi dignidad
y…
Con mi ejército de sonrisas.
Pisotearé …
Vuestros privilegios.
Vuestro coto privado.
Vuestra represión sometida.
Este será mi chiste perpetuo
que arranque sonrisas de llantos.