Hermosa Tatyana cuando voy a su trabajo en el ocaso,
me lleno de alegria al ver sus encantos, y quiero decirle algo
como un gil me quedo callado, hasta la receta en ese momento
me hago el loco y digo en donde lo he guardado,
ella sabe que es lo que tengo y se rie diciendo aqui no hay cura
para sus achaques, es que de hace tiempo con su dulzura
me ha quitado lo que tenia, hoy soy feliz sin irme al medico
que me cure ¡todo lo malo que tengo!.