Oscar Perez

Vuelven los mártires

Vuelven los mártires

 

No es sólo el corazón vuelto materia,

violines tierra adentro, matrimonios

de sal y de salitre, de hoja y alas,

es todo lo que pende en los cordeles

del tiempo como ropa submarina,

con trapos, con banderas, con espigas,

torcidas boca adentro o bien debajo

de lápidas de otoño empecinadas,

furiosas por volverse primavera.

No es toda la oración de los perdidos,

el tiempo más allá de la esperanza,

la jarra tricolor, el territorio

de un hijo derrumbado entre copihues,

de un muerto en plena flor de la espesura

con perros galopando por sus huesos,

con hachas segmentando su memoria

y alambres y pilares de cemento

que el olvido no dejó ni entre los pozos

que usaron los verdugos ni en océanos

en que el hombre mismo regresó de su amargura,

solícito, vivaz, condecorado por su herida,

muerto sin dudar, pero implacable en su ternura.

No es sólo pues amor, es todo lo terrestre

que habló, que pronunció las sílabas del agua,

del riego inmaterial de todo un pueblo,

de su cansancio y su jornada, de su estrella,

más de una vez acribillada y muda,

más de una vez única flor en la conciencia del que insiste.

Por ellos no podrán decir que es falso

los simples, los somníferos ministros del recambio,

no entenderán el verde que brotó de las prisiones,

el musgo que creció sobre las tumbas

ni al pájaro que holló con sus olivas

los campos de exterminio en plena plaza.

Tendrán que mentir más por convencerse,

tendrán que galopar sin más caballo

que la vergüenza de no ser, cuando pudieron,

sino el estiércol que ellos mismos van dejando en plena fuga.

Amados, los amados de mi tierra,

se han ido y volverán, nunca
han dejado

ni el rostro de la amada sin un beso,

ni el pan de aquellos hijos ya sin mesa,

regresan turbulentos o callados,

se apegan a las sombras del recuerdo,

le sirven de alimento a la justicia

y a sus traidores condecoran con su olvido.

Desaparecieron pues, pero aquí estaban

y siempre van a estar, porque no es sólo

el corazón, sino una patria la que enseña

sus victorias infinitas, cotidianas y amorosas.

 

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18 07 13