Doce llantos, y la noche llega.
Una mesa servida para tres.
Hoy nuestras sombras acompañan.
Me miras,
Te miro.
Cruel silencio...
Las velas se apagan,
yo me apago también.
La noche culmina
en tus lágrimas.
La cama, un sepulcro,
los sueños, pesadillas,
los besos, gritos,
las caricias, frías están.
Sale el sol,
me miras,
ya no más,
no insinúes.
Nos miramos,
nos odiamos.
Pero cuando la noche llega.
Nos amamos…
Lemos Maximiliano Daniel.
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