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Nos colamos… por el friso de la pared,
por esa ínfima grieta que nadie ve,
trajimos sólo el deseo de un amor,
unas ansias que brindaban calor…
Un pretender que únicamente tú y yo entendemos
y, nos coloreamos… con tan sólo concedernos.
Le dijimos sí a esa voluntad de amar,
nos consentimos en un lecho sin cesar…
Con la magia encendida y la destreza a su paso,
nos paseamos… desde el alba hasta el ocaso.
Entre besos, caricias e incontinencia de amar,
en esa grieta estuvo el sabernos colar.
La dicha ventajosa con ojos primaveral,
nos circundó como el espacio sideral,
no hubo reparos para eliminar grieta alguna,
más bien en ella, encontramos una fortuna.
En esa grieta, donde nada parece existir
o nada parece acontecer, ni vivir,
hay un respirar, un divino delirar,
que se agita con simplemente mirar…
Y los días suceden en su cotidianidad…
y las grietas se expresan desde su vanidad.
Nosotros, seguimos colándonos por doquier…
confiriéndonos, con ausencias de un antier.
Hija del Sol
Julio, 2013
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