Déjame sentir el calor de tu piel,
la suavidad de tu pecho,
el sonido del tic tac-corazón.
Entrecerrar mis ojos,
y recordar los momentos vividos.
Déjame que el latir de mi corazón,
se serene, y continúe
en sus ansias de seguir latiendo.
Déjame ser un niño entre tus senos,
ellos apaciguan mi espíritu,
mi alma, mi corazón.
Placer intenso interior que siento.
El placer de apoyar mi cabeza
sobre tu pecho, acurrucándome en ellos.
Como un pollito debajo de las alas de su madre.
Logro tanta paz y serenidad...
Oh, placer de mi existencia,
bálsamo de mi alma...
que este momento no desaparezca nunca...
ahora he de ser un hombre atrevido, sensual...
bajo desde tu pecho hacia tu vientre,
y más abajo aún, aspirando el néctar
de tu sexo... besándolo y absorbiéndolo...
Oh, qué placer, amor...
déjame tomar con mis manos tus caderas...
deseo besarte toda...
y mi felicidad va in crescendo...
y mi sexo se alarga...
quiero entregártelo...
déjame hacerlo... ya está...
dentro tuyo...oh, qué gran placer...
suavemente... los vaivenes de tu cuerpo,
más me excitan,
entro y salgo, entro y salgo...
qué felicidad poder poseerte así...
estás gozando al unísono conmigo,
amor de mi vida.
Esto es el paraíso,
una maravilla...
no quisiera acabar nunca,
pero es que estoy completamente excitado,
y ya está por llegar... mi término...
ya te la doy... ya me llega...
aquí la tienes... a...quí... ahhh...
Gracias, amor, gracias por este momento...
no lo esperaba, en realidad,
pero lo sentí, y te lo di...
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 19/07/2013)