Quiero ser el templo de tus deseos.
Y que tu mirada se hinque en mi desnudo
que tu alma se abrace a la mía,
y seamos UNO, en cuerpo y alma.
Que seamos rosarios de besos.
Que en la noche virgen se enciendan las velas,
para perfumar mi cuerpo con flores de olivo.
Que se desclave el beso que en mi piel anhelo
Y me dejes confesarte -todo lo que quiero-.
Quiero la mirada de tus ojos negros,
recorriendo todo mi cuerpo.
Quiero tu boca paseándose en mi piel,
quiero confesarte todas mis ganas.
Que me hagas tu santuario en la noche clara,
me desposes ataviada de vestido virgen.
Quiero ser tu primera noche y tu primer beso
y que en reliquias guardadas acunes mi cuerpo,
y con canción de cuna me llene de besos.
Con agua bendita bautices mis labios,
para que siempre bendiga tu nombre.
-seas mi verso, mi poesía y mi canto-.
Mi reclinatorio de amor en todo momento
y el sustento de mi alma y de mi cuerpo
Ser letanía de promesas de amor.
Canto gregoriano en noche de bodas.
Arras de festejo en cama de rosas y
sábanas de amores descalzos.
Cuando entres a mi templo,
quiero ser la pasión del beso.
Seré virgen ataviada de tus deseos
En la noche primera de amor.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-