juan maria

MILONGA DEL URUGUAYO

Era el embelezo y el gustazo

de mulatas, blancas y morenas

ese zarco oriental.

 

Mostraba funyi de requinte

y enlazaba su cuello

pañuelo con inicial.

De arriba abajo cuatro ojales

abotonaban saco corto

y compadrón.

 

Taconeaba canyengue

botines de punta y taquito

y en el patio burdelero

dibujando cortes y quebradas

enredaba firuletes reos

de negro charol.

 

Por coraje

y por el fierro en su cintura

lo junaban con recelo

compadritos cuchilleros

y taitas fuleros.

 

Y lo apreciaban por su estampa

las paicas milongueras.

Era el alboroto ese mozo

entre las no santas

polacas, rusas y francesas

que eran lo mas lindo

de esa fauna maleva.

 

No simpatizaba este valiente

con el decoro

y era su regocijo

la junta con gauchos matreros

con fiolos compadritos

y pájaros de turbio color.

 

Siendo gustoso del robo

por esa industria tuvo afición

y fue de los mejores

como pequero, punga y escruchante.

 

Era hijo de un gaucho

renombrado por ligero

del lado de Tacuarembó.

 

Relumbraba de oro

el pelo de la polaca

que era su madre

y que fue la prenda mas dulce

que en su vida de rapiña

se robo su padre del lupanar.

 

Pero todo llega...

y ese virtuoso

del escolazo y el cuchillo

entre tangos y candombes

de la Plaza Cagancha

y de Buenos Aires al sur...

tuvo su noche triste.

Fue como un relámpago el puntazo.

Y lo encontro en cama ajena.

La sangre la dejo en San Telmo.

...y donde se le pianto la vida...

...¡solo el diablo lo sabrá!...

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