El sueño me adormece en elocuencia,
instando beso me acerca a la aurora
buscando arrullo de mi ave canora.
Pero tu ausencia agrava mi dolencia.
Tañen las campanas y aleja arcángel
que estuvo en mi almohada oyendo rezo
de súplica que vuelvas. El malvezo
grita; que tú ya no eres aquél ángel.
Yo te veo claramente en el lecho,
que duermes a mi costado es un hecho,
en la sabana blanda dejas huellas.
No solo el recuerdo duerme conmigo
eres tú misma, pues siento tu abrigo
y haces que mis noches sean tan bellas.
El señor de los fierros
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Tú en sueño, me traes el abrigo de tu amor cuando cierro los ojos, eres real no meros antojos…