Pasan las horas
y los días,
mi piel se reseca
en espera de tus caricias,
las curvas de mi silueta
añoran tu presencia,
la noche se desliza en mi ventana
y mis suspiros se pierden
en el musitar del viento,
las dunas de mi pecho
anhelan el calor de tu mirada,
y los deseos de mi cuerpo
apetecen saborear tu piel mojada,
vida de mi sueños
¡cómo quisiera!
tenerte una noche en mi lecho.