Esta noche ha sido un fraude, pues lo que tenía que llegar al cerrar los ojos se coló por la rendija de mis parpados y de nuevo el enjambre de abejas pululó sobre mis sienes.
Pensamientos venían y se iban, de tanto en tanto Morfeo me tomaba para hacerme suya intentando que sucumbiera a sus encantos. No lo niego, la oferta era por demás tentadora y sinceramente ¿quién, estando en sus cabales de locura, no aceptaría perderse con tal galán?, menos con un sábado de exquisiteces culinarias que tuve que preparar para la visita familiar. Verdaderamente estoy cansada y no sé si de cansancio me impido descansar.
Probablemente Morfeo tenga que hacer derroche de sus mejores armas para conquistarme pues en serio me he revelado contra su galanura en esta noche.