Me miraste a los ojos,
tu dulce mirada iluminó mi ser,
tu Divino Corazón me ama,
lo siento en cada amanecer.
Son tus latidos
todo el amor por nosotros,
¡Oh corazón divino..
nunca me dejes de querer!
Y es tan grande tu corazón
que sufre en cada desgracia...
mi amado redentor
te llevo siempre en mi alma.
YOLANDA BARRY.