Desde que nos conocemos, siempre te he respetado.
¿qué es lo que te pasa que vives permanentemente
ofendiendo?
Todo lo ves mal en mí. Hago todo lo posible por complacerte
en todo lo que me pides.
No te ofendo, tú sí lo haces,
y sinceramente, creo que no me merezco
éstas, tus palabras, dolorosas e hirientes.
No voy a permitirte más desde este momento
ni que me ofendas... ni que hieras a mis padres.
Tienes rencores contra ellos
porque desde un principio no te aceptaron en mi vida.
No acepté sus pareceres hacia ti,
y seguimos con nuestra relación sin importarnos
lo que mis padres pudiesen opinar... o los tuyos.
Son dos bandos opuestos a nuestra relación.
Ni que fuésemos los amantes de Verona.
Romeo y Julieta se suicidaron por culpa
de sus respectivos padres,
ellos fueron los culpables de sus muertes.
Tú no has de envenenarte por mí por amor.
Tampoco yo en este momento tendría una idea tan descabellada.
Sobre todo, porque lo nuestro no es una gran pasión.
Somos un perro y una gata.
Hasta ellos sienten buenos sentimientos entre sí.
¿Pero qué es lo que sucede en ti?
Me exasperas, no comprendo tu insólita actitud.
No creo estés loca, pero tal vez poco te falta.
No me lleves también a mí a la locura.
Pides y pides... te lo otorgo.
No soy millonario.
Tendrías que besarme los pies...
pero este último tiempo,
nada haces para conquistarme...
te comportas como una chiquilla
pretenciosa, codiciosa, y sin sentimientos...
te estás convirtiendo en una mujer egoísta...
y ya estoy tan cansado, que no lo voy a tolerar más...
nunca pensé que llegaríamos a esta situación tan increíble.
Tus actitudes me hacen poner mal.
No quiero decirte cuánto tengo de presión,
porque te espantarías...
espantarías... qué te va a espantar
mi salud... solo piensas en ti...
y los demás, ¡fuera de tus sentimientos!...
Si tú harta estás, también estás logrando lo esté yo.
Dame un poco de respiro, de tranquilidad...
no quiero que sigamos más con estas situaciones
incomprensibles e inaceptables...
si tú estás cansada y harta... también yo lo estoy...
quisiera recuperar la paz que en un tiempo tuvimos...
ahora todo es tan distinto, que no puedo concebirlo...
¿Todo esto lo estás haciendo a propósito
para que me sienta mal?
No puedo creer que seas tan egoísta y maligna...
¡Maligna, sí!... te estás comportando como tal,
me quieres llevar a tu terreno,
pero no has de lograrlo, soy como soy,
y no cambiarás mi personalidad...
me he comportado con amor y dulzura
todo el tiempo, en todo momento, y ahora...
éste tu cambio de comportamiento y ambición
me están llevando a ser un tipo distinto...
Pero no lo lograrás,
solo te pido me des paz.
Ya bastante problemas he tenido
con la salud de mis padres,
que gracias a Dios ahora están bien,
pero no hagas que tenga problemas emocionales,
porque desde ya te digo, que no he de aceptarlos.
Esta vez, como tú, he de ser egoísta
una vez en mi vida, y he de pensar en mi bienestar.
No estoy bien de salud, lo sabes...
¿y qué es lo que pretendes, que me muera?
mi deseo es seguir viviendo...
no mates mi vida... ¡paz, por favor!...
¡Paz, paz, paz!...
¡Dios!... ayúdame... a soportar lo que la vida me depara.
No quiero hacerte daño, mujer, tampoco me lo hagas a mí...
¡No, no quiero seas hipócrita!...
ahora te pido que te despreocupes de mí...
no pretendas mentirme, haciendo como que te preocupa
mi salud... hoy no lo hagas, porque no te creo...
siempre en ti he confiado, pero hoy, ya no...
déjame solo un momento... necesito amar,
y que me ames... pero que me ames con el alma,
presiento que ella está muy alejada de la mía...
no quiero de ti una piedad que no sientes...
hoy solo necesito la piedad de Él...
piedad, Señor, piedad de mí te pido...
quiero seguir viviendo, y con felicidad...
otórgamela...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 22/07/2013)