Hugo Emilio Ocanto

No me ofendas con tus palabras (Monólogo) Grabado

Desde que nos conocemos, siempre te he respetado.

¿qué es lo que te pasa que vives permanentemente

ofendiendo?

Todo lo ves mal en mí. Hago todo lo posible por complacerte

en todo lo que me pides.

No te ofendo, tú sí lo haces,

y sinceramente, creo que no me merezco

éstas, tus palabras, dolorosas e hirientes.

No voy a permitirte más desde este momento

ni que me ofendas... ni que hieras a mis padres.

Tienes rencores contra ellos

porque desde un principio no te aceptaron en mi vida.

No acepté sus pareceres hacia ti,

y seguimos con nuestra relación sin importarnos

lo que mis padres pudiesen opinar... o los tuyos.

Son dos bandos opuestos a nuestra relación.

Ni que fuésemos los amantes de Verona.

Romeo y Julieta se suicidaron por culpa

de sus respectivos padres,

ellos fueron los culpables de sus muertes.

Tú no has de envenenarte por mí por amor.

Tampoco yo en este momento tendría una idea tan descabellada.

Sobre todo, porque lo nuestro no es una gran pasión.

Somos un perro y una gata.

Hasta ellos sienten buenos sentimientos entre sí.

¿Pero qué es lo que sucede en ti?

Me exasperas, no comprendo tu insólita actitud.

No creo estés loca, pero tal vez poco te falta.

No me lleves también a mí a la locura.

Pides y pides... te lo otorgo.

No soy millonario.

Tendrías que besarme los pies...

pero este último tiempo,

nada haces para conquistarme...

te comportas como una chiquilla

pretenciosa, codiciosa, y sin sentimientos...

te estás convirtiendo en una mujer egoísta...

y ya estoy tan cansado, que no lo voy a tolerar más...

nunca pensé que llegaríamos a esta situación tan increíble.

Tus actitudes me hacen poner mal.

No quiero decirte cuánto tengo de presión,

porque te espantarías...

espantarías... qué te va a espantar

mi salud... solo piensas en ti...

y los demás,  ¡fuera de tus sentimientos!...

Si tú harta estás, también estás logrando lo esté yo.

Dame un poco de respiro, de tranquilidad...

no quiero que sigamos más con estas situaciones

incomprensibles e inaceptables...

si tú estás cansada y harta... también yo lo estoy...

quisiera recuperar la paz que en un tiempo tuvimos...

ahora todo es tan distinto, que no puedo concebirlo...

¿Todo esto lo estás haciendo a propósito

para que me sienta mal?

No puedo creer que seas tan egoísta y maligna...

¡Maligna, sí!... te estás comportando como tal,

me quieres llevar a tu terreno,

pero no has de lograrlo, soy como soy,

y no cambiarás mi personalidad...

me he comportado con amor y dulzura

todo el tiempo, en todo momento, y ahora...

éste tu cambio de comportamiento y ambición

me están llevando a ser un tipo distinto...

Pero no lo lograrás,

solo te pido me des paz.

Ya bastante  problemas he tenido

con la salud de mis padres,

que gracias a Dios ahora están bien,

pero no hagas que tenga problemas emocionales,

porque desde ya te digo, que no he de aceptarlos.

Esta vez, como tú, he de ser egoísta

una vez en mi vida, y he de pensar en mi bienestar.

No estoy bien de salud, lo sabes...

¿y qué es lo que pretendes, que me muera?

mi deseo es seguir viviendo...

no mates mi vida... ¡paz, por favor!...

¡Paz, paz, paz!...

¡Dios!... ayúdame... a soportar lo que la vida me depara.

No quiero hacerte daño, mujer, tampoco me lo hagas a mí...

¡No, no quiero seas hipócrita!...

ahora te pido que te despreocupes de mí...

no pretendas mentirme, haciendo como que te preocupa

mi salud... hoy no lo hagas, porque no te creo...

siempre en ti he confiado, pero hoy, ya no...

déjame solo un momento... necesito amar,

y que me ames... pero que me ames con el alma,

presiento que ella está muy alejada de la mía...

no quiero de ti una piedad que no sientes...

hoy solo necesito la piedad de Él...

piedad, Señor, piedad de mí te pido...

quiero seguir viviendo, y con felicidad...

otórgamela...

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 22/07/2013)