Los pensamientos cultivados
de experiencias inexistentes
te hacen suponer que es el momento.
La razón se pierde en los laberintos del éxtasis,
y las hormonas como cardumen esquivan la red
pero tu corazón te traiciona
y en segundos eternos y vulnerables
en medio de la guerra del “SI” contra el “NO”
lanzas preguntas al aire esperando
respuestas inmediatas del mismo cielo.
¿es el momento? ¿es la persona?
¿es el lugar? …
…y un torrente vivo dentro de tu cuerpo
te hace saber que has entregado
tu único regalo en la vida
esperando que haya sido
a la persona que lo merece.
!Has entregado tu virginidad!