Me descubro
a la orilla de tu piel,
callando tanta herida,
libando de tu miel.
Me descubro
entre tus dedos frágil
como el silencio,
trazando en tu cuerpo ágil
primaveras y versos.
Me descubro
recorriendo la humedad
de tus labios,
me descubro desnudando
la soledad
y sus atajos.
Me descubro
fuego en la aurora
de tus pechos...