Bordaré tu vientre con estrellas,
acolchado por dentro
terciopelo por fuera,
albergará a tu niño, o niña,
lo que Dios quiera.
Le pondré elástica en los bordes,
invisible, que nadie la vea,
sentirás que tu misma te recreas
aunque tu vientre crezca y se deforme.
Bendita deformidad que te embellece,
que le agrega ternura a la ternura,
porque inventas la vida sin premura
y Dios gustoso
te da la gloria que mereces.
Madre terrenal, madre universal,
pido permiso al Señor
para aclamarte en mi fe,
porque como sea
y donde quiera que estés,
no concibo un amor
que al tuyo pueda superar.