El verso mojado
de tus ojos
hacen su nido perfecto
en la despedida:
—levedad de tu partida—
Es como un oscuro deseo
que transmite
la piel
cuando se eriza
en sus adióses...
Yo sé :
que cuando la mesa
está encendida
en su lecho de sabanas
corpóreas,
se hace más tangible
la des-esperanza mutua.
Sabré al final
que tus silencios ;
eran las palabras
que colaban
entre humo y humo
alguna indiscreta pregunta
tuya....no dices nada.
Tan complejo
nuestro amor,
tan largo el delirio
de vernos alejados,
de querernos
y necesitar-nos
en la distancia...
y ser tan pronto
enemigos
cuando nos besamos.