Soñando estaba yo
Pero despierto
Las horas de la noche
Transcurrían
Las contaba una a una
En mi reproche.
Navegando en el recuerdo de los días,
¿En que he pecado yo?
¿Cuál es mi culpa?
No espero que mi alma
Se ahogue en agonía;
¿Cuándo debe uno pedir perdón?
Si en el cristal de la mente
No existe tal herida
Aboga el corazón
Por los recuerdos
Los minutos parecen largos días
En medio de la nieve de la noche
Eterna para siempre compañía
Abrigada con la brisa del silencio
Donde la última gota
De la sangre es fría