La luna brillaba esplendorosa en una noche de bravo oleaje,
el faro competía su exhalación en dominante lejanía,
cómplices brindaban un entorno para Spique, la dulce mortal,
yacía sumida en suenos estigios, bajo una espuma juguetona acariciando su piel,
Afrodita convocó a Saros como presente a su adorado Eros,
un eclipsado Universo Solar irumpió en una frontera etérea
sus alas níveas presurosas descendían
arrebatando a Spíque de sus suenos mortales,
un cálido abrazo los fusionó en un clímax eterno.
fmsol