En la solana de mi casa
hay un jardín doméstico
con flores hogareñas
que desbordan en sus pétalos
los gritos y el barullo de los niños.
Cada mañana,
con canto de pájaros,
estreno diario de primaveras
traviesos rayos de sol
amanece el patio
tapizado de un festín de colores:
rojo,
malva
amarillo
rosado
es un arco iris de pétalos maduros y
hojarasca jubilada.
Vuela mi alma
junto al vuelo del colibrí
que roba las mieles de mis corolas
y mira de reojo mis capullos en flor.
Jardín ensoñador,
pequeño vergel de abejas
mensajeras del néctar floral
y del colorido de las mariposas
que riegan su policromía en mi azotea.
Quisiera ser como el sereno de la mañana
madrugador visitante
que se extasía de las miradas de las flores.
¡ Flora maravillosa, me recuerda la sonrisa de Dios !
® Jaime García Alvarez