Te soñé un instante ajeno del mundo,
durmiendo no estaba pero soñando
en paraíso de tus ojos me hundo,
mientras, despierto a tu amor voy cantando.
Por ser tu reo no estoy iracundo,
a pesar la campana está tañando
celada sin juicio será rotundo,
en prisión perpetua te sigo amando.
Mi corazón no encogerá el calvario,
te tengo en él y te abrigo allí a diario,
cabalgas conmigo y das felicidad.
Es bello oír tu quimera juvenil,
eres flor pequeña adornando pensil
de mi sueño, que se torna eternidad.
El señor de los fierros
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El instante fue sin fin, pero mas deseo el tiempo para soñarte, pues en el paraíso de tus ojos me pierdo…