cuando el vino se amargue y se haga viejo
me quede algo de añejo en el espejo
que cuando me haga viejo con la cara arrugada
me quede algo de amor en la mirada
mirada transpasada por la luna en madrugada
que se va llevando a todas mis amadas
que va yaciendo sus raices en mis cicatrices
que las va curando sin darme cuenta en mis matices
llamadas de emergiencia auyentadas por mi inocencia