Tienen sus guardianes, sus fobias,
sus filias en las primeras planas,
su sexo, su seco sueño, su élite,
su dios calculado y dogmático,
su clarear y su oscurecer
a un tiempo que no es el mío.
Al otro lado nunca me sentí,
fui esquivo morador incómodo
que se entretuvo distante
poniendo en duda el tope
de los bordillos, de los andenes
demorados en el mismo tren,
en la misma salsa endulzada
que demolía los paladares,
el fin de la inacabable noche.
De este lado, apenas un puño,
grito embadurnado de ausencias
con una pizca de advenedizos
que eyaculamos transversas palabras
como caracteres nocturnos.
Kabalcanty©2013
(Fotografía de Rodney Smith)