Desperté en el paraíso
de tu cuerpo
y sutilmente me mecías
éramos nido acurrucado
en el árbol de la vida.
Fruta madura de manjar
Comía, saciando mi hambre
de amor en tus ramas
mecida con pasión.
Abrazamos la grandeza
y la fuerza
de vivir amándonos,
y como buen vino
bebernos en copas de amores.
Abrazamos besos
en un paraíso
que nos hizo despertar,
para bebernos la vida y el alma
donde el amor es eterno.
Soltamos la desnudez para amarnos
en nido de amores.
-En el paraíso terrenal
de los deseos-.
Despertamos mañanas
que no volverán
y nos comimos
como fruto prohibido,
éramos manzanas codiciables
en un paraíso de amor.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-
Gustamos del Edén amada ali
Entra amada en el amado, anhelante,
entra la amada en el amado amando,
del Edén la manzana degustando,
sintiendo cuánto arrebol llameante.
Labios quieren probar gustosamente
de la fruta, sabores destilando...
Manos buscan la piel acariciando
-cuerpos que copulan ansiosamente-.
Abre el otoño su granada roja.
La nube arrebolada se deshoja
sobre el lírico mantel del ocaso.
Luz de ali se cuela por mi ventana,
luz de amanecer desnudo engalana
Edén gustado en sábanas de raso.
Tú y yo duce ali, fruto prohíbo hemos sido.
(Salvador 26-2-10- Granada-