El suelo se abre,
La penumbra me recibe.
Lasitud, de mi frágil cuerpo,
Como burbuja vacía,
Telaraña enredosa en mi razón,
Vida seca y en vana.
Grito, preso y cautivo,
Cobarde, mirada pérdida,
Mi débil presencia,
Quedo desterrada para siempre.