Entrando y saliendo sin sentimiento,
No ama mi alma más cosa mundana,
Ama la dicha que le es lejana,
Habla y escribe mi cuerpo muerto.
Ya de este mundo no es compañero,
No tiene amigos, fuerza ni paz,
Su dicha esta en no ver soledad
Su dicha esta en ver solo al cielo
¿Qué es del mundo, sino solo el mundo?
¿Qué es grandeza sino solo el mar?
¿A quién mira el hombre en aquel arbusto?
¿Qué mas existe sino la verdad?
¿Quién se conforma con ver a la aves,
Cuando se sabe se puede volar?
Ya no me admiro en desiertos ni mares,
Ni en la grandeza de lo terrenal.
Me llena el cuerpo de bellos sueños,
Sacia y rebosa en mí imaginar,
Vida y amores en futuro llenos,
Lagrima y canto, de tanto amar.
Y no reconozco en mí abandono,
Siento cual aire acariciante
la fiel presencia en mi acompañante ,
Puerta y ventana por donde asomo.
¡Oh nada¡ grandeza inmensa,
Cuanto te anhelo, cuanto en ti crezco,
Primicia y gracias que no merezco,
Más paz y gloria me es promesa.
Ya no mas mundo, ya no mas yo
Decido solo hablar al amado,
Con tal futuro que me es deseado,
Ni oro, ni seda, ni dama, ni sol.
Mas desmotiva ver mi horizonte,
Oscurece el cielo mi realidad,
Luz que es difusa, sombra abrazante,
Noche aburrida, mas sueño ideal.
Entrando y saliendo sin sentimiento,
No ama mi alma más cosa terrena,
Ama la dicha que le es ajena,
Habla y escribe mi cuerpo muerto.