Taciturna, entre ensueños, la noche se serena,
dando paso a un momento sin descripción alguna.
Embriagueces de tiempo, que desgranan la luna,
el médano y el agua que acaricia la arena.
Hay sombras, apagadas, que esparcen como venas,
un espectral hechizo, de estío, entre la bruma.
Y la playa entremezcla su efervescente espuma
con apenas las voces, con las voces..., apenas...
Armoniosa figura de nudos y de lazo;
de sombras encantadas; de suspiro callado;
atrapada en la arena, cual un barco encallado;
mecida por la danza de pausas y de abrazo.
Entrañas extasiadas, en el cuerpo afiebrado,
buscando el estallido del ansia, en el regazo...
©Copyright: Edgardo Donato Díaz - 2004 - \"Mariposas Azules\"