Hurgando en el Baúl
de mis recuerdos,
una marchitada carta encontré.
La tomé entre mis manos,
Dirigida a ti.
la dueña de todos mis sentimientos.
Mis pensamientos fluyeron
como fluye el agua hacia el vergel.
Recordé el motivo de la carta;
aquella tarde habíamos discutido
cosas sin importancia,
que alteraron nuestro idilio.
En la carta pedía perdón
por haber dicho
que eras desaliñada y fea.
No me gustabas vestida
de piyama y calcetas,
mientras la vecina del frente
cautivaba mi atención.
Recuerdo que lloraste
cuál Magdalena
sentí una enorme pena,
y dolor en el corazón.
Te dije que te amaba mucho
¡ eras mi inspiración ¡!.
Te obsequie un ramo de rosas
y una caja de bombón.
Me acariciaste el rostro
tus ojos brillaron con brillo especial
como cuando te ofrecí el primer beso,
aquel que no se puede olvidar ¡!
Retorne la carta al baúl, donde la hallé.
Quedó grabado lo sé,
que desde entonces mi amada
cada día se viste más bella.
Más linda…
que la vecina aquella
que durante un tiempo
cautivó mi atención.
Ella desea ser siempre
mi total Inspiración.
Una lágrima se deslizó por la mejilla
Y cautiva en el baúl se quedó ¡!.
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Florentino Novoa Saavedra