Es mi amor un tango peregrino
que transita por el frio cuerpo
de la noche, donde un pergamino,
congrega al verbo repentino.
Es tan cruel el parpadeo de este camino
Y la vida,apagada por los vientos,
se hace mayor en este techo marino…
Aguas de un manantial vespertino...
Es profunda la herida en mi pecho sanguino,
tan profunda… que llega a los anhelos
que nacían del alma para alcanzar los cielos.
Y un día…la flor se deshojo, por culpa del desatino.
Es la historia y es que, yo, me empecino
a confesar, a un papel callado,dormido,ciego,
un recuerdo que duerme, allá, en otro lino.
Leal a ti, duele, que duele maldito destino.
Antonia Ceada Acevedo©