Oh reino de las nubes, corazón del agua
que mojas corazas y enciendes tempestades,
detente y dinos ¿porque hoy y no mañana?
El agua baja y eleva al espíritu,
con el alma que se ensancha
por el corazón que a gota seguida se desparrama.
La lluviosa vida se encumbra,
los campos se metamorfosean
en enamorados cantos cargados de aguacero
y la mujer de tierra levanta plegarias
con el rosario cristalino del agua.
Oh majestuosa figura de niebla fascinante,
viajas dejando huella tras tu paso, donde las ánimas
impregnadas de humedad se vuelven más hermosas.
¿Acaso no es verdad que en el firmamento el rocío
se da con los aires impregnados de querencia?
¡Oh! amor, el prodigio llega cuando el corazón florece
en los encantos del suspiro
y son las nubes fraguadas en el surrealismo
las que se crearon con el mismo sentimiento primigenio,
e hicieron que se deslizaran, que se resbalaran
y que se revelara el corazón del agua.