Hay playas en tu cielo
y sol en tus arenas
y labios en tus ojos
que quema hasta las venas.
Hay besos en tus manos
caricias de manteca
y fuego y fuego largo de bronce en tus ojeras.
Hay ríos que te siembran
y espadas que te rezan
cuchillos que te sanan
cortándote las penas
y amores como el mío
que laten entre rejas
viviendo de suspiros
cadenas tan perpetuas.
Hay hambres que me comen
de celos las pestañas
y ocasos que devoran
de angustias mis semanas
y amor, amor de locos
como este que me pasa
llorando como pocos
dolor a carcajadas.
Hay cientos de cosquillas
hiriéndome la espalda
y olores de frutillas
pintándome la cara
de rojo que me pongo
cuando de luces pasas
sonriéndole a la vida
tan fresca y tan lejana.
La muerte de mis noches
quiero parir mañana
rompiédome la vida
de forma despiadada
contra esos ojos mares
de roca que amenazan
y arrojan a un vacío
silencio de palabras.