Como no desearte mi ardiente guerrero.
Si cual doncella me hallas subyugada,
al deseo de mi cuerpo secuestrado
por tu ardiente armadura de caballero.
Aguardando me hallas en este averno.
En la prisión de mis silencios.
Donde aguardan todos mis gozos,
en recatada abstinencia.
Déjame despertar al guerrero dormido,
con su vigorosa Tizona al mando
Déjame sentir tus aguerridos suspiros
En la lucha, cuerpo a cuerpo combatiendo.
Déjame hacerte prisionero de mi cabalgar.
Seré amazona y sierva de tu placer.
Embestida con cada toque de espada,
afloraré en mis tibios efluvios
Y.., envuelta entre tu brazos lanzaré,
mi última exhalación