Con abrumadora prisa, con una atribuladora congoja observo agazaparse el
imponente astro en la infinita línea, firmamento que fracciona mi mundo
del mundo de la verosimilitud. Y me comienza a arrebozar una túnica,
túnica de desasosiego, inquietante realidad a la que he de enfrentarme
a la próxima luz. En la locura de la oscuridad, de las tinieblas no acierto
abrigo a este perenne deambular.¿Acaso no merece el más cansado
viajero en el oasis reposar? Mientras morosa nace la nueva lumbre
sigo aquí, azarado, derrotado, por que a otro dia sin tí, me veo obligado a vivir.