Josefina 46

HUYENDO DE LA SOLEDAD

 Huyendo de la soledad

quiero escribir unos versos

que hablen de felicidad,

de amores y sueños.

 

Huyendo de la soledad

me puse manos a la obra

y sobre el lienzo pinté

corazones y palomas.

 

Corazones limpios

de humanos racionales

sin malicias ni rencores,

de esos que son especiales.

 

Que se abren como la rosa

con el fulgor de la mañana,

que te brindan su mano amiga

altruista, noble, desinteresada.

 

Palomas elevadas al cielo,

sinónimo de la añorada paz,

traspasad volando la blanca tela

y vuestra virtud proclamar.

 

¡Qué se entere el mundo entero,

aquellos que nos traen la infelicidad,

qué se venden y matan por dinero

sin remordimientos ni piedad!

 

Huyendo de la soledad

pensé en el sufrimiento ajeno

y sintiendo esa triste realidad

no pude escribir unos versos

que hablen de felicidad,

de amores y sueños.

 

Fina