siempre quise estar en el colegio
porque ahí tenía muchos hermanos que
son más de lo que son
hacemos lo que queremos y
estamos tranquilos pero se extraña
romper carpetas y cabezas a sus colegiales
luego de un cuarto de siglo de graduarnos
nos vemos como colegiales con parejas y nuevos colegiales
que son nuestra huella de hermandad colegial
la mejor prueba de ese vinculo es que aunque no nos vemos
muchos años nos damos un saludo con las manos pero el
despido es con un abrazo poderoso de afecto de no irse
eso dice que nos da gusto saludarnos pero no queremos que
esos hermanos se vayan por razones sicológicas que algún día
entenderemos y viendo a sus parejas como hermanas escolares
lo más delicioso es sentir a sus hijos como si hubieran crecido y jugado con
todos los colegiales que somos y grandes chibolos que han
pasado los años y tenemos herencia de que somos como somos
unos colegiales que solo extrañan jugar en un patio con
piedritas o papel corriendo sin meta pero sonriendo que
es lo más hermoso que hereden nuestros fiduciarios colegiales
y estas letras solo dicen que estos hermanos tenemos sangre colegial
Toño Bellido Ugarte ©
28.VII.2013