La lluvia caía en pedacitos
como los sueños desechos
y se iba haciendo añicos
al golpear el duro techo.
La lluvia trajo mensajes
que no pude descifrar
tejía entre nubes de encajes
y daba puntadas sin parar.
La lluvia llegó sonriendo
y fue apagando su risa
cuando se iba escurriendo
goteando en las cornisas.
La lluvia trajo un mensaje
y sin descifrar quedó;
y entre campos y follajes
se deshizo bajo el sol.
Estaré pendiente al invierno
para hablar con la lluvia pertinaz,
tal vez cuando venga de nuevo,
su mensaje me dirá.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Bajo el Número 1306255322430