Puede la palabra, ser una caricia,
Mitad de quien la pronuncia,
mitad de quien la escucha.
Igual que una rosa brindarnos su aroma
Puede ser el espejo de nuestras acciones.
La palabra puede ser embriagadora
Puede herir profunda cual filosa espada.
Pueda la palabra inadecuada
compararse al rayo y la luciérnaga.
Las palabras de aliento serán como el sol
después de las tormentas borrascosas.
Sin pensamiento no han de llegar al cielo
Algunas subirán como el humo
Y otras caerán como la lluvia.
Las palabras son como monedas,
Una puede valer por muchas,
Y muchas no valer nada.
Donde falten las ideas,
allí estará la palabra.
Y es por eso que al escasear hoy la idea,
e recurrido a las palabras que gentilmente
me prestaron los grandes pensadores.
Nicolás Ferreira Lamaita.
Hay palabras que se retraen,
que se niegan, porque tienen
demasiado significado para nuestros oídos.