Hasta que el sol aparezca rayando al alba
La mirada cegada ha vuelto a vivir
Es la aroma herbácea que vuelvo a sentir
Bañado en la arena, mientras a esa mujer buscaba
Dormitando en el insomnio de las noches
El roció de lagrimas enjugaba la piel veces y veces
Como rutina incierta de cada mañana.
En la mañana del desierto
No ha invernado en el corazón
Un corazón inocente al que se le debe enseñar a amar.
Esa carita angelical recorre despacio
Ha acercado sus alas abrigando en su regazo
Entero ser sensible y frágil
Ha esfumado la soledad; estaba triste y débil.
Aunque la ausencia de agua me llena de sed
El oasis de calma; déjame beber
Saciado hasta el fondo de este liviano verano
Ya empezó a tiritar la danza de lluvia
Esta ligera seguía lentamente huía
Eras tú, navegando con las nubes en el firmamento
Dejad, que se derritan, hasta mojarme entero.
Ven y reposa en este desierto de mi alma
Anidados en el romance ¡bella dama!
En el suelo del desierto árido y tosco
Dejad regar tu hermosura poco a poco
Nacerán los claveles manchados de rojo
Rojo pasión que desata el amor
Los claveles fragantes adornando el jardín de expresión.
Muchas expresiones le harán sonrojar
Las letras a tu vista le harán pensar
El calor desafiante; su rostro no deja asomar
Fugitivo se ha ido, cuando empezaste a amar.