Murialdo Chicaiza

Oda a las Matemáticas

 

Y todo empieza con aquel uno de cualquier cosa

y nuestros abuelos contaban: una hoja, dos hojas.

Un mamut en la nieve, dos piedras lisas

El alma de la sucesión: una boca dos ojos, una nariz.

¿El cero es la nada? Sin embargo cuenta.

Una mujer, el infinito con sus estrellas.

Dios debe ser un número por descubrir

La naturaleza es una serie Fibonacci.

Sin medidas no podemos atrapar el vacío

Espero que terminemos midiendo el amor

Lo que nos hace uno e infinitos.

De la noción saltamos al vacío del concepto

El mejor juego es el de la reflexión

El ocio inventando lo que nos gusta

Nuestras neuronas se multiplican al descifrar

La Cifra: los astros fueron nuestros maestros

En la negra pizarra de la expansión celeste:

El tiempo no es sino un número en sucesión infinita.

La cábala del 3, los cuatro puntos cardinales

Dominamos el espacio y las dimensiones.

Tenemos la base de numeración en nuestras manos,

diez signos nos bastan para atrapar el infinito.