Esta es la historia de un soldadito que de plomo cubrió su corazón por las sombras de su pasado, y de herrumbre su bella armadura de plata se tiño, él vivía fragmentándose en la lluvia de su alma, divagando entre el frio de la noche y fue incorporándose como parte de un paisaje roto y de sufrimiento.
En una noche cualquiera como todas las demás escuchó un llanto en el silencio, una luz tenue entre las sombras despertó su entusiasmo, era un hada atrapada en una tela de araña, fabricada con mentiras hirientes, y trastornada en el recuerdo se mecía, ya tenía sus alas quebradas por la lucha, su rostro y sus vestiduras rasgadas y oscuras, el polvo de hadas que la hacían volar había desaparecido por la desesperanza, y se sentía una humedad irradiada en el aire, eran las miles de lágrimas derramadas en noches de tormentas.
Fue donde el soldadito temeroso subió hasta la trampa del hada, la tomó entre sus brazos, y ella taciturna y perdida despertó casi inhalando un ahogo, asustada lo miro a los ojos y pregunto -¿Quién eres?- y él le respondió- Soy un espíritu solitario en la noche, al que una vez le quitaron las ganas de vivir y ahora soy parte de una estampa melancólica, soy un soldado que se cansó de luchar…
Y -¿Quién eres tú?- le dijo el soldadito.
-Hace tiempo no me hacían esa pregunta, no sé quién soy en realidad las caídas han desaparecido mi entusiasmo por vivir, no confió en nadie, siempre paso tratando de no confundir las lágrimas con la lluvia y olvide como volar, pero gracias a ti estoy viva de nuevo, tengo cicatrices de mi pasado también, y jamás volveré a ser la misma, pero podría confiar en ti, me siento segura, el dolor parece desaparecer a tu lado; pero estoy triste de ver tu armadura, ¿Que le ha pasado que se ve opaca y sin luz? Déjame ser quien la limpie y deshaga de ella las huellas del pasado; tengo un mal presentimiento, algo pasa con tu corazón, no lo puedo escuchar, es como si estuviera… el hada da un suspiro - Muerto-
-Tengo miedo- afirma el soldadito- No confió en la gente, todo es un misterio oculto, me han lastimado, he caído y cuando he tenido la necesidad de levantarme algo pasa y me quedo solo, mirando hacia la luna, buscando una respuesta, una razón para dejar de lamentarme, olvide como sonreír y me duele mi cuerpo oculto entre mi armadura.
-Oh, eso suena tan triste, que me gustaría alegrarte la vida, pero mi polvo de hadas se me ha acabado, para poder ayudarte tienes que creer en mí, ¿No sabes que si no crees en las hadas, morimos y nos deshacemos en el viento?, tengo mil historias que contarte, si crees en mí, podré recuperar mi magia, te llevaría al cielo, tocarías las nubes, solo tienes que soltarte del temor y darme tu mano…
- A otras hadas admire y me deslumbraron con su belleza, pero cuando me quedaba con ellas, huían volando hacia otro horizonte y yo solo quedaba a la intemperie de la lluvia que rápido me oxido, son mil imágenes con barreras inconfundibles.
Y -¿Qué me ofrecerías tú?- Le respondió el hada.
-La única parte que queda viva de mi cuerpo es mi alma que esta encarcelada aquí dentro- el señalo su pecho- sin embargo, eres más rara que las demás, podría considerar eso diferente, una característica para dejarme llevar por tus palabras, tienes algo que me atrae, que me desarma y me convierte en un niño pequeño, necesito que me rescates de este naufragio tan triste, donde mi barco perdió su proa hace tiempo… tal vez la puedas liberar.
-Dejarme curar tus heridas con los poderes mágicos de la naturaleza, pero te voy a desarmar primero, necesito llegar a la parte más oculta de tu ser y liberar esa alma del plomo de tu corazón, solo quiero que caigamos juntos en un éxtasis donde ambos podamos aprender, disfrutar y sonreír, quédate esta noche conmigo y te enseñare mi mundo de magia.
Él lo dudo por un momento, pero al final le creyó, y ella volvió a brillar y al recuperar sus encantos lo salvo a él, con una mezcla secreta le libro la armadura del herrumbre y su alma atrapada en su corazón pudo salir y explorar las cosas, se dio cuenta que no era tan malo como parecía, que aún se podía confiar. El hada por su parte le entregó su corazón, le confió su vida y con sus labios un beso pacto.
Aun cuenta la leyenda que en las noches de luna se escucha el hada cantando y unos pasos de armadura que caminan atrás de la melodía, pero brilla más que nada, atravesando el cielo como estrella fugaz, pero más vistosa, mas permanente en el negro manto nocturno, y se fusionaron convirtiéndose en cometa, haciendo pedir deseos a todos aquellos que pasan y admiran su eterna belleza.