Ángeles a ras del suelo.
Te tomo de la mano,
beso tus labios
preguntas por mis letras,
soy tu confidente,
remedio con mi fuego tu herida.
Atrapas mariposas en su vuelo
para libar en dulce frescura
de mis flores.
Convocas ni nombre
abrazas lo sagrado
éxtasis de delirios
travieso el cabello
húmeda la sombra
que del pecho arde.
Tras el vuelo frágil
abrazas mi mundo
dejas tu escudo,
tu daga,
jardines colgantes en tu boca,
pedazos de mañanas
alumbrados con tus besos.
Te anuncias entregando corazones
estanque con lluvia de plata
tus ojos llegando al éxtasis,
un astro hallo en tu pecho,
aliento de luz
guerra de sexo.
La luna esconde sus marcas.
Un roce,
y más
y más…
La noche encendida está
conquistando la ternura.
Vienes con tu luz airosa
del deseo que no termina,
el beso que se antoja,
mi voz delira tu nombre
ya convertida en dulce grito.
Anclo mi beso en tu tierra
naufrago en el camino de tus arterias
arde la sangre
se escucha un temblor,
un aleteo,
dos ángeles se besan
a ras del suelo.