Alcibiades

Soneto en tu dócil ternura

Siendo yo el cautivo de tus pasiones
y preso de tu profundo suspiro,
eres afrodita en imaginaciones
tu olorosa fragancia yo respiro.

Sin ser sabio con pocas condiciones
al descubrirte, sobre mí di viro,
es cuando en premura sombra, te admiro,
y extingue cordura, a vacilaciones.

Besos nacen en mi boca y florecen
en tus labios, a amantes es delicia
y corazones muestran sus latidos,

juntos el amor desnudos ofrecen.
Una vez más ellos dieron primicia
Y el deseo imperial han conocidos.

El señor de los fierros
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