Luis Alberto Cruz Bolmey

PARA MI SANGRE

Cuantos días y cuantos tiempos

                          cargas abuela,

pero tu lucidez sigue tan clara

y esos ojos que ven aún muy firmes,

me enseñan que usted es mi gloria y dicha.

Sus palabras son tiernas, llevan miel

y el efecto es incienso en mi cabeza,

me hacen sentirla un ser sublime, un ángel,

. como te quiero mi dulce abuelita!

Su amor y el mío se funden para siempre,

no puedo darle más que mi bondad,

bondad que usted grabó en esta, mi vida,

y decirle que cuando su tez beso

es sentir una paz que suena aguda,

que sonaría grave si murieras.

Como te quiero mi dulce abuelita!

calentaste mi piel cual ave al crío

en mi niñez tan llena de amores,

tú me eras como sombra en el desierto,

como la luz del sol que da esperanzas,

toda sed de capricho tú calmaste,

por todo, mi alma te grita muy fuerte,

como te quiero mi dulce abuelita!

Cual diamante eres, si, por tantas lunas,

reliquia eterna como dijo AQUEL.

Todo pasará menos tus desvelos

y en tu techo de nieve habrá gloria,

porque esa entrega DIOS la retribuye.

Aún en vida te lloro e insisto,

como te quiero mi dulce abuelita!